Reme Álvarez
LA LOBERA (Encuentro 2008)
como niña que guían
a una fiesta,
llegué a la Lobera,
donde la bóveda oscura
invitaba a permanecer inmóvil
para adorar sus destellos.
Pero el frío impedía
dejar volar la imaginación;
se helaban las fantasías
y la sensatez me empujó
al cobijo de los amigos;
el hambre, al de la cena;
el deseo, a la lectura;
el cansancio, a la habitación.
Por la mañana,
ojos abiertos,
fui desatando regalos:
el monte, el bosque, el río...
El sendero mostraba
el arte natural,
trémulo ruido de escarcha
mientras seguíamos
la senda por la que el agua,
con voz sensual,
nos guiaba sin dejar a otros
ocasión para el encuentro.
Una vez allí, a su lado,
su canto nos envolvió:
palabras que pasan rozando,
que embriagan, te duermen...
Nos dejamos seducir
entregándole, unas antes,
otras después,
nuestros cuerpos desnudos.
Magistrales manos,
experto amante,
besos que cortaban la respiración.
Todas juramos amor eterno.
Dejé regalos envueltos,
tendré que volver,
eran demasiados
para tan poco tiempo.
Pues eso Reme, realmente sabe a poco, por eso esperamos volver a verte.
ResponderEliminarBesitos
Hola Elena, siempre tan amable! Yo también tengo muchas ganas de volver a veros. Este año lo intentaré con más ahínco si cabe. Un beso.
ResponderEliminar"Por la mañana,
ResponderEliminarojos abiertos,
fui desatando regalos:
el monte, el bosque, el río..."
.../...
"Dejé regalos envueltos,
tendré que volver,
eran demasiados
para tan poco tiempo".
Reme, esta imagen de los regalos recibidos y entregados es preciosa. Me encanta.
Un abrazo
Ángeles
Angeles,gracias. Estos comentarios, viniendo de vosotros que escribís tan bien me animan y me enogurllecen. Un besazo.
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