Con la primera claridad
cuando
por las amplias copas de los árboles,
la sabana de la noche se desvanece
y comienza a dibujarse,
la silueta morada de los pinos,
los robles, las nogueras,
y las piedras,
tan arraigados a la fisonomia del paisaje.
Se puede sentir el latido de la vida,
el parloteo de los pájaros
cuando se persiguen.
Los timidos dedos del sol encarcelando
la Lobera por encima de las nubes.
Y la risa clara y calmosa
de la flauta de los sueños,
acuna el silencio de los pensamientos.
.
Gracias Ángeles y Elena por traer recuerdos de momentos entrañables.
ResponderEliminar...puedo imaginar el camino...y el deseo de llegar a tan precioso lugar...
ResponderEliminarun abrazo
Ahora, a esperar el próximo encuentro...
ResponderEliminarSí..., cuando... todo eso que dices... "ACUNA EL SILENCIO DE LOS PENSAMIENTOS" en La Lobera, sí.
ResponderEliminarAsí es este sitio, como tú dices y como yo también lo describo en el poema siguiente al tuyo: un paraíso terrenal.
Abrazp